Hace más de cinco mil años que el olivo empezó a cultivarse en Oriente Medio. Fue introducida en Cataluña y en la Península Ibérica por los Fenicios y los Griegos. Se sabe que en esa época, ya se exportaba aceite desde el puerto de Dertosa (Tortosa), junto con otros productos de la zona como el vino.
El río Ebro fue descrito en la época prerromana en la Ora Marítima de Avenius como "río del óleo".
Los olivos más antiguos se encuentran hoy en las tierras del Ebro, donde todavía se puede disfrutar de una espectacular masa de olivos milenarios, entre los que Móra d'Ebre tiene una gran muestra.
Por tanto, en nuestra cooperativa nace el aceite la picossa: fruto del trabajo de los agricultores de la zona a lo largo de todos estos años, que nos ha permitido mantener la tradición y producción del aceite, uno de los ingredientes más característicos de la gastronomía de nuestro país.